Está claro que la expectación que ya ha creado este proyecto es brutal, a raiz de todas las informaciones que hasta la fecha conocemos sobre la extensión del guión, un tochaco de 600 páginas que llevará a estrenar el largometraje en dos volúmenes, la acogida en sus brazos por parte de la Universal Pictures oliéndose el reventón taquillero que va a provocar el filme, el repartazo variopinto con el que cuenta liderado por Brad Pitt, y la trama potencialmente jugosa para las ‘locuras cinematográficas de Quentin: un grupo de soldados aliados que durante Segunda Guerra Mundial transporta a varios criminales hacia su ejecución. Los nazis les sorprenden con una emboscada y todos, excepto los criminales, son asesinados. Los prisioneros deciden huir a la neutral Suiza, pero deberán escapar de las garras de los nazis y de los aliados para llegar a territorio suizo y estar a salvo.
Y, por cierto, tanto hablar del reparto nos hemos olvidado de alguien que para Tarantino es crucial para darle a esta cinta, a la que deberíamos llamarle ya ‘Inglorious Bastards: Vol.1′, el toque que quiere. Robert Richardson, el impresionante director de fotografía de ‘Platoon’, ‘Wall Street’, ‘JFK’, ‘Nixon’, ‘Casino’, ‘El Aviador’, los dos volúmenes de ’Kill Bill’, … ¿sigo?.
Quentin ha declarado su deseo de hacer un largomentraje sobre la Segunda Guerra Mundial con un aspecto único, una mezcla entre la nueva fotografía del cine actual y de la correspondiente al periodo histórico en el que se desarrolla el filme. Y Richardson tendrá que sacar su maestría para conseguirlo. Sencillamente sensacional, ya me estoy comiendo compulsivamente las uñas de las manos (y no me como las de los pies porque no llego); fijo que en junio del año que viene sólo me quedarán los muñones.
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